Hace exactamente 100 años un 16 de febrero de 1924, despegaba desde la histórica Base Aérea El Bosque en Santiago una escuadrilla de nada menos que 7 aviones, 5 De Havilland DH9 y 2 aviones Avro 504.
Conforme se habían realizado en esos años numerosos “raids” a las zonas del sur del país, se decide planificar y realizar un ambicioso raid, para unir Santiago con la ciudad de Tacna que en esos años era parte de Chile (*). Este vuelo tenía como finalidad abrir rutas al norte con los aviones militares para lograr conectar las ciudades del norte del país, proyectando la posibilidad de establecer una línea aérea, recordemos que el norte de Chile en esos años solo se conectaba con el resto del país por vía férrea.
Como parte de la preparación logística para el raid que contempla un vuelo de al menos unas 1.780 kms de ida entre Santiago y Tacna, se conformó una comisión compuesta por oficiales y mecánicos al mando del capitán Valenzuela. La misión de esta comisión era establecer los lugares apropiados para que la escuadrilla pudiera aterrizar y reabastecerse. Para ello se definieron zonas de aterrizaje “canchas” en las siguientes localidades: La Serena, Copiapó, Baquedano, Iquique, Arica y Tacna. También se establecieron algunos lugares con “canchas” de emergencia.
Las aeronaves que usarían en el raid fueron revistadas por el entonces ministro de guerra general Luis Brieba y el Director de Servicios Aéreos en las instalaciones de la Escuela de Aviación, ocasión donde también conversaron con los pilotos que realizarían el raid.
El inicio del raid
Ese 16 de febrero, era día sábado y desde temprano comenzó una febril actividad en la Base Aérea El Bosque, por un lado las aeronaves eran preparadas alineadas para su puesta en marcha, en tanto, los pilotos tomaban desayuno.
A las 8 de la mañana, los pilotos con sus tenidas de vuelo se dirigieron a sus aviones para iniciar las pruebas de motor e iniciar el despegue.
El general Contreras hizo lectura de la orden del día con la cual el entonces capitán Diego Aracena, procedió a firmar los certificados de despacho de las aeronaves.
Para el raid se conformaron dos bandadas: bandada de la Dirección compuesta por dos aviones un De Havilland DH9 “El Ferroviario” tripulado por el capitán Castro, piloto y de pasajero al general Contreras; el segundo avión era un Avro 504 “España” tripulado por el teniente Montecinos, piloto y pasajero el cabo Abarzúa. La segunda bandada estaba compuesta por cinco aviones: un De Havilland DH9 “Coquimbo” con el teniente Sosa como piloto y pasajero el capitán Cruz; De Havilland DH9 “Tacna” con el teniente Herreros como piloto y de pasajero el ingeniero Seabrook; De Havilland DH9 “Tarapacá” con el teniente Lagreze como piloto y de pasajero el cabo Palomo; De Havilland DH9 “Atacama” piloto teniente Arredondo y pasajero cabo González; y el Avro 504 “Jeneral Körner” con el capitán Barahona y pasajero cabo Contreras.
Se iniciaron los despegues de las bandadas con un intervalo de 30 minutos, tomando rumbo norte, al despegue fueron escoltados por dos Avro 504 y un SE5 Scout. La primera escala era en La Serena.
El raid
En la ruta hacia La Serena, el avión Avro 504 “Jeneral Körner” del capitán Barahona tuvo que aterrizar de emergencia en Illapel, lamentablemente se dañó el patín de cola al tratar de despegar. En tanto otro avión el DH9 “Atacama” del teniente Arredondo tuvo que aterrizar debido a fallas del magneto del motor, aterrizando en Cabildo.
A La Serena, llegaban dos DH9 “Tarapacá” y “Tacna” avisando su llegada vía comunicación telegráfica. En tanto a Ovalle, tres aviones el “Ferroviario”, “Coquimbo y el Avro “España” aterrizaron con el fin de probar la “cancha” de emergencia. Luego despegaron en demanda de La Serena. Luego el avión Avro 504 “Jeneral Körner” pudo llegar a La Serena.
El 18 de febrero se continuo con el raid con seis aviones, iniciando el vuelo desde La Serena a Copiapó, tomando un tiempo de 3 horas una sección de cuatro aviones. En tanto, dos aviones salieron más tarde y aterrizaron en la “cancha” de emergencia de Vallenar con fines de reconocimiento. Luego despegaron rumbo a Copiapó llegando pasadas las 17 hrs.
El 19 de febrero se realizaba el tramo más complejo dado lo inhóspito del paisaje y la distancia entre Copiapó y Baquedano de unos 450 kms. A Baquedano llegaron cuatro DH9 sin novedad, en tanto los dos Avro 504 “General Korner” y “Ferroviario” tuvieron que aterrizar en Pueblo Hundido para reabastecerse de combustible. Los Avro reanudaron su vuelo, pero debido a la neblina que encontraron prefirieron aterrizar en Bonasort. Al día siguiente se reunieron en Baquedano.
En la tarde del día 20 de febrero, despegaron todos los aviones de Baquedano con rumbo a Iquique llegan al Club Hípico donde se congregó mucha gente, al igual que en todos los otros lugares donde habían aterrizado los aviones. Más tarde llegaba a Iquique el Avro 504 “España”, avisando que el otro Avro 504 “Jeneral Körner” había sufrido un accidente en las cercanías de Quillagua, y que por fortuna la tripulación estaba ilesa.
Se dieron instrucciones para ir en ayuda de los pilotos accidentados, la cual movilizó como era en esos tiempos todo lo que había que eran autocarril con personal y Carabineros, además de ir en un avión a llevarles víveres. En tanto una de las patrullas de búsqueda a las 3:30 am encontraron al capitán Barahona y el mecánico Contreras ilesos, en la línea férrea entre estación Soledad e Hilaricos, a unos 150 kms al sur de Iquique.
El tramo desde Iquique a Arica, se inició el 21 de febrero a las 13 hras en medio de una gran expectación del numeroso público presente. Despegaron los 4 DH9 y demorando su salida el restante Avro 504 “España” por falla de motor.
Siendo las 14:45 llegaron los cuatro DH9 desde el oriente y aterrizaron en la cancha que ya antes se había utilizado en el despliegue de aeronaves del año 20. Gran cantidad de público se congregó en la cancha, llegando por todos los medios posibles, autos, camiones, burros o tren.
Los cuatro DH9 sobrevolaron la ciudad de Arica y el Morro antes de posarse en el campo aéreo. En tanto el avión Avro 504 “España” sobrevoló la “cancha” de Arica en demanda de llegar a la “cancha” de Tacna a las 17:30 hrs, sorprendiendo a la población que se trasladó al lugar para ver los aviones.
Por orden de la jefatura del raid, se indicó que los aviones dejarían Arica el día 22 para llegar a Tacna en la mañana.
Mientras el teniente Arredondo rezagado en Combarbalá, en el DH9 “Atacama” llegaba a La Serena.
El día 22 que era viernes llegaban a Tacna los aviones desatando un patriótico entusiasmo por la llegada de los intrépidos aviadores.
El entonces presidente de la República Arturo Alessandri, escribió “Felicito emocionado y calurosamente por el gran éxito de la expedición aérea a Tacna. Los oficiales bajo sus órdenes han escrito una página honrosa y memorable y demostrando pericia y valor, que el país agradece y aplaude en estos instantes y cuyos sentimientos me hago un deber en interpretar”.
Tres días estuvieron los integrantes del raid en Tacna, luego el 25 de febrero iniciaron el despegue de vuelta para aterrizar en Iquique a las 12:15 hrs.
En Iquique debido a varias reparaciones que requerían los exigidos aviones, sumado a la meteorología adversa, se demoró la partida desde Iquique a Antofagasta para el día 1 de marzo.
El 1° de marzo se iniciaba el tramo de regreso Iquique-Antofagasta, logrando llegar los DH9 “Ferroviario” y “Tarapacá” y el Avro 504 “España”, en tanto el DH9 “Tacna” tuvo que regresar a Antofagasta y el DH9 “Coquimbo” no pudo despegar. El día 2 de marzo, lograron llegar a Antofagasta los restantes aviones.
Después de esperar mejor clima, el 4 de marzo despegaron los aviones llegando a Copiapó tras 3 hrs y 40 minutos. Esta etapa según indicaban los pilotos era compleja por la neblina y volar sobre el mar. El DH9 “Tarapacá” tuvo que retornar a Antofagasta y reiniciando el vuelo a Copiapó tuvo fallas en el motor y aterrizó en Bonasort. En Copiapó se les unió el teniente Arredondo en el DH9 “Atacama” que había quedado rezagado en el viaje de ida.
El 8 de marzo, se realizó el vuelo entre Copiapó a La Serena, llegando sin problemas los DH9 “Ferroviario”, “Tacna” y “Coquimbo” y el Avro 504 “España”. En tanto una nueva falla en el DH9 “Atacama” impidió seguir junto al resto de la escuadrilla a La Serena. Por su parte, el DH9 “Tarapacá” del teniente Lagreze voló desde Bonasort hasta Copiapó, teniendo una falla en las revoluciones del motor, se precipitó a tierra con hélice calada y se accidentó en el sector de Altamira unos 180 kms al norte de Copiapó, destruyendo totalmente el DH9 “Tarapacá”, pero por fortuna sin lamentar pérdidas humanas.
En La Serena, se reunía finalmente el DH9 “Atacama” del teniente Arredondo. Así el día 10 de marzo se revisaron las aeronaves que quedaban. El día 11 de marzo a las 13:50 hrs despegaban los DH9 y el Avro 504, quedando en La Serena el De Havilland DH9 “Tacna” del teniente Herreros.
El tramo iba desde La Serena a Valparaíso, llegando la formación a la ciudad puerto pasadas las 16:30 hrs, la embarcación Teno hizo sonar su sirena, seguido luego por diversas naves en la bahía que alertaron a la población del puerto que divisó los aviones divididos de a dos provenientes del norte. Las aeronaves evolucionaron sobre los barcos y pusieron rumbo a Reñaca donde se improvisó una “cancha” donde se reunió gran cantidad de público. Luego llegaría el avión DH9 del teniente Herreros completando los aviones remanentes en Reñaca.
Se definió que el regreso debía ser el 13 de marzo, luego de que los aviones fueran minuciosamente revisados por el ingeniero Seabrook.
Desafortunadamente el DH9 “Atacama” al mando del teniente Arredondo, se estrella con la alambrada y árboles en la cancha de Reñaca, destruyendo el avión en su totalidad, salvando la tripulación ilesa. En tanto, el Avro 504 “España” tuvo una falla de motor y regresó a Reñaca, por lo que el regreso se aplazó para el día 14 de marzo.
La llegada de los aviones a Santiago se inició a contar de las 11.30 hrs, llegando el DH9 “Tacna” seguido por el Avro 504 “España” y el DH9 “Ferroviario”. Luego pasado el mediodía llegó el DH9 “Coquimbo”.
Sin lugar a dudas, una hazaña de una época que a la distancia de 100 años cuesta dimensionar, teniendo en cuenta los tiempos, las velocidades y facilidades que existen hoy en día para realizar similar trazado de vuelo. Cabe resaltar el enorme esfuerzo y determinación de las tripulaciones que a bordo de aviones con pocas ayudas se lograra llevar a cabo este raid. La fortuna también acompañó a las tripulaciones que si bien sufrieron la pérdida de tres aeronaves, no hubo vidas que lamentar.
Estas proezas sin duda allanaron el camino para abrir las rutas al norte de Chile, cabe recordar que muchos de los lugares que se usaron como “canchas” con los años se convirtieron en aeródromos que operan hasta el día de hoy.
Referencias:
Historia de la aviación en Chile (1920-1923) de Enrique Flores.
Historia de la Fuerza Aérea de Chile – Tomo 1
Revista Los Sports N°50 – 22 de Febrero 1924
(*) En esos años (1924) la ciudad de Tacna pertenecía a Chile, pasando a manos del Perú a contar del 28 de agosto de 1929.