Centenario del doble cruce de la Cordillera de Los Andes del Teniente Armando Cortínez

Hace exactamente 100 años un día 5 de abril el entonces Teniente 1° Amando Cortínez volaba en un frágil avión Bristol M-1C sobre la Cordillera de Los Andes siguiendo los pasos del Teniente Dagoberto Godoy. La idea era realizar un vuelo que conmemorara la importante fecha del 5 de abril de 1818 en que se llevó a cabo la Batalla de Maipú y que culminó con el Abrazo de Maipú entre el General Bernardo O’Higgins y el General José de San Martín de Argentina, hecho histórico que simbolizaba la unión de chilenos y argentinos. En este contexto y sabiendo que desde Argentina el Teniente Luis Candelaria quería realizar un cruce desde ese país a semejanza de la hazaña de Godoy, fue que Cortínez se motivó a hacer el cruce.

El Teniente Armando Cortínez llegó procedente del Regimiento del Ejército N° 1 «Buin», había realizado y aprobado el curso de piloto en la Escuela de Aviación Militar en 1916 obteniendo el «brevet» de piloto N°19.

El Teniente Armando Cortínez (izq) y el Mayor Victor Huston (der).

Ese día 5 de abril de 1919, en la Base Aérea El Bosque, el Teniente Cortínez se levantó a las 5 am y deteniéndose en la pieza del Ingeniero 2° de la Armada Fernando Solano, quien era muy amigo de él, lo invita a que vaya con él a la «cancha» y le ayude con los preparativos del avión para realizar el vuelo de cruce de la Cordillera. Llegando a la zona de hangares, ordenaron sacar fuera uno de los Bristol M-1C -del mismo tipo que usó el Teniente Godoy para su cruce- el avión seleccionado era el N°4987.

En tanto y como toda unidad militar llegó el Oficial de Servicio, el Ingeniero 3° de la Armada Sr. Angel Gantes quien en desconocimiento de la situación ordenó volver a guardar el avión, sin embargo Cortínez le indicó que tenía las autorizaciones necesarias para realizar vuelos «en altura». Con la premura de una acción que en realidad era «sin autorización» cargaron el avión de combustible y pusieron en marcha el motor para comprobar su funcionamiento, sin embargo también comprobaron que no contaba con altímetro, ni brújula. Ante esto y lo inminente de poder ser descubierto Cortínez le indica a su amigo Solano: «No me extraviaré, marcharé de cara al sol, pasaré por el lado sur del Tupungato y torceré  después al norte…» en tanto Cortínez quien también había sido instruido por el Mayor Huston y le dejó el siguiente mensaje con su amigo el Ingeniero Solano: «Dile a mi mayor Huston que espero que su casaca, que llevo puesta y las lecciones que me ha dado me servirán mucho para triunfar en esta prueba«, luego despegó desde El Bosque a las 06:50 hrs. En esa chaqueta había puesto varios diarios para lograr mantener «algo» de calor en el frío ambiente de la Cordillera.

El frágil Bristol M-1C ascendió hasta los 4.000 metros y enfiló hacia el Tupungato siguiendo la misma trayectoria de Dagoberto Godoy. Los minutos transcurrían y primero en la Base Aérea El Bosque y luego en la ciudad de Santiago entera, cundía la expectación por la suerte de Cortínez, al constatarse que la aeronave «usurpada» no estaba en las mejores condiciones, sumado al hecho que no tenía ni altímetro, ni compás. El único contacto que se tuvo de él fue por medio de un telegrama de la estación del Ferrocarril Trasandino que preguntaba por el aviador que había sido volando en la zona cordillerana.

Mientras en la Base Aérea El Bosque, el Director de la Escuela de Aviación Militar Mayor Díaz, instruía realizar el sumario correspondiente al tiempo que informaba a la máxima autoridad de la Aviación Militar el Coronel Dartnell.

Finalmente la suerte de Cortínez se conocía al llegar un telegrama enviado por él mismo desde el departamento de Tupungato en Argentina, que llegó a las 15:00 hrs en el texto el Teniente Cortínez indicaba: «Suplícoles perdonarme que en esta gloriosa fecha háyame atrevido, sin autorización, y llevado por un patriótico impulso, traer un saludo cariñoso reconocimiento a nuestro hermano pueblo argentino, cuya sangre en esta fecha bañó con la nuestra los heroicos campos de Maipo, ayudándonos eficazmente a conquistar los nobles ideales de libertad. Aterricé a las ocho horas. Departamento de Tupungato, Mendoza.

Espeso mar de nubes impidióme seguir rumbo. Ruego mandarme mecánico con hélice a fin regresar vía aérea, pues en aterrizaje sufrió desperfectos hélice. Teniente Cortínez». La hazaña se había logrado en un lapso de una hora y once minutos. En esos momentos la noticia cundió rápidamente por Santiago y ya se hacía presión popular para «perdonar» al joven oficial aviador. Incluso se llegó a pedir la intervención del Presidente de la República de la época.  Ante las muestras de cariño tanto en Chile como en Argentina, es que las medidas disciplinarias pensadas para Cortínez se aplazaron para su regreso aprobándose que lo realizara en vuelo, para ello se le enviaron dos mecánicos y los repuestos pertinentes.

Sin duda un cambio de actitud frente al acto de indisciplina, que queda reflejado en la carta que le envío el propio Coronel Dartnell a la sazón el Jefe Máximo de la Aviación Militar. En la carta le indicaba: «Se le recomienda prudencia y mucha prudencia. Por ninguna causa salga en malas condiciones atmosféricas. Quedo muy preocupado de su viaje, pero con la convicción firme de que su regreso será feliz como la ida. ¡Buen viaje y saludos cariñosos!».

El día 16 de abril de 1919 a las 06:40 y luego de esperar infructuosamente al Teniente argentino Luis Candelaria, con quien habían acordado realizar el cruce simultáneo, el Teniente Cortínez despegó desde la «Estancia Lo Silva» en dirección a El Bosque en Santiago de Chile.

Sin duda una hazaña, realizada al fragor del patriotismo y fulgor de años en que se celebraban con grandes acciones el pasado reciente de nuestro país, especialmente los hechos referentes a la Independencia Nacional.


Bibliografía:
Historia de la Fuerza Aérea de Chile Tomo I 
Historia de la Fuerza Aérea de Chile Tomo I, de Rodolfo Martínez Ugarte (1963)
Historia de la Aviación en Chile, Tomo I, de Enrique Flores (1933)
Monografía El Avión Bristol M-1C del MNAE (Oct 2018)
Revista AeroHistoria del IIHACH N°3 Marzo 2019

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