La situación se produjo luego de que un avión civil chino aterrizara en la pista construida en el arrecife de Fiery Cross -de construcción artificial-, perteneciente al archipiélago Spratly, al respecto el ministro de Relaciones Exteriores chino, Hua Chunying, explicó que la intención fue comprobar si el lugar respeta los estándares de la aviación civil.
Según el gobierno de China, el vuelo se realizó sobre espacio aéreo propio
Es importante señalar que la soberanía sobre esta zona, que comprende más de 750 atolones, islas y arrecifes de coral, es disputada por China, Brunéi, Malasia, Taiwán, Filipinas y Vietnam debido a su riqueza económica para la pesca y por las posibles reservas de petróleo y gas.
La pista, construida en una zona administrada por Pekín, tiene 3.000 metros de extensión y está pensada para recibir vuelos de largo alcance, como aviones de transporte, bombarderos o de combate.