Desde inicios de los años 80s y por qué no decirlo desde los inicios de la aviación en Chile ha existido una atracción por vencer nuestra Cordillera de los Andes por el aire. Sin duda, desde los primeros intentos hasta la actualidad hay un sinnúmero de diferencias en lo tecnológico más no en la motivación de quienes van sentados en la cabina, los pilotos.
A inicios de la década de 1980 estaba la idea de realizar un cruce andino con planeadores. Si bien se había realizado algunos intentos ese objetivo no se lograba.
Así se llegó a enero de 1985, en la cual los pilotos estaban decididos a realizar un nuevo intento. Los integrantes de la formación serían: Alejandro Chanes, Carlos Pérez, Srdjan Radic, Reynaldo Urbina y Bernard Schneider (de nacionalidad francesa). En tanto en lo que respecta a las aeronaves seleccionadas, fueron planeadores de la marca Schemp Hirth. Conformando la formación cinco planeadores: el CC-PQW un Ventus, dos Janus CC-K20W y CC-K21W; y dos Mininimbus CC-K22W y el CC-K23W.
El otro equipo importante para esta aventura era el de los pilotos remolcadores, que estuvo compuesto por: Jürgen Kunze, Úrsula Meier, Claudio Neumann y Guillermo del Pedregal volando en dos Piper PA-18, un Cessna 150 y un Aeroboero.
Como toda hazaña de esta magnitud se requierió equipos de apoyo terrestre que se trasladaron a Mendoza, además del apoyo de varios Radioaficionados que mantuvieron contacto radial permanente con los pilotos de este raid.
Se inicia el raid
El día 8 de enero, se inició el raid con vuelo remolcado hasta Mendoza arribando al Aeropuerto El Plumerillo, siendo recibidos por personal de la Fuerza Aérea Argentina quienes entregaron un gran apoyo a toda la actividad.
El día 9 se intentó el cruce, volando durante varias horas, sin lograr cruzar por malas condiciones climáticas, similar resultado se obtuvo al día siguiente.
Cruce definitivo
Así se llegó al día 11 de enero, despegando a las 10:00 am hora local, para ascender a 1.000 metros y luego ser soltados por los aviones remolcadores. Por tercera vez se encontraban con condiciones adversas de meteorología, sin embargo en esta oportunidad decidieron continuar volando.
En tanto, desde tierra se perdía el contacto con los planeadores y se presumía que volverían a Mendoza, de hecho hasta se informó a Santiago que no se realizaría el cruce.
Durante el vuelo más al norte en la zona de Villavicencio se experimentó un notable y favorable cambio meteorológico comenzando a ascender los planeadores hasta los 2.700 mts sobre Uspallata, llegando a alcanzar 3.400 mts en el Cerro Las Antenas. Luego cruzaron por el Cristo Redentor a nada menos que 5.800 mts, para iniciar el descenso en dirección al Aeródromo de Las Condes (Actualmente Vitacura).
Llegada a Santiago y regreso a Mendoza
Siendo las 15:00 hrs comenzó a sobrevolar el aeródromo el primer planeador a una altura de 2.700 mts y luego virando para retornar a Mendoza enfilando hacia la ciudad de Los Andes para luego internarse en la Cordillera. Alcanzaron los 4.700 mts y cruzaron por el Cristo ahora en dirección a Argentina.
En esta dirección se encontraban cuando constataron que por el lado argentino estaba cubierto y con una visibilidad reducida. En este escenario se enfrentaron a fuertes tormentas, con rayos y nevazones, aumentando la dificultad y peligro de esta fase del raid, y exigiendo las habilidades de los pilotos
Ya avanzando sobre la última zona cordillerana Argentina, continuaron enfrentándose a una meteorología adversa hasta la precordillera Argentina. Sin embargo, las complicaciones meteorológicas no habían cesado, ahora el resto de la ruta hacia Mendoza estaba cubierta y solo se apreciaban esporádicos “claros” por los que lograr descender para arribar a El Plumerillo.
Lograron cruzar y sobrevolar El Plumerillo los planeadores de: Alejandro Chanes, Carlos Pérez y Bernard Schneider, manteniendo la posición en las cercanías de Mendoza, a la espera de: Srdjan Radic y Reynaldo Urbina, quienes lograron llegar minutos después.
Finalmente a las 18:15 hrs llegaban todos lo planeadores al lugar de origen, en El Plumerillo y luego de nada menos que 8:15 hrs de vuelo. En circunstancias en que una tormenta de arena se desataba sobre el Aeropuerto llegaron cada uno de los cinco planeadores.
Sin duda alguna, esta hazaña al igual que la de: Godoy, Cortínez y Williamson, no es ni será un “pan comido”, la Cordillera de los Andes siempre será un desafío a la pericia y capacidades de cada piloto, en especial si se trata de aeronaves como los planeadores.
Bibliografía:
Revista Aérea Dic1985-Ene1986
Revista AeroHistoria N°12 Dic 2018
Archivo Personal José Nicolás Rodríguez