El CryoSat-2, es un satélite de la Agencia Espacial Europea para el estudio de la nieve y el hielo, se lanzó a su órbita el 08 de abril de 2010 desde el cosmódromo de Baikonour. CryoSat-2 se diseñó originalmente para desempeñar una misión de tres años y medio, pero ha estado en funcionamiento desde 2010 superando con creces su vida útil nominal. Los datos del estado actual de salud de este ingenio espacial de 720 kg construido por Airbus lograron activar fondos para mantener el programa operativo hasta finales de 2021. Durante estos diez años, el satélite ha alcanzado una disponibilidad operativa cercana al 99% y ha entregado casi 350 terabytes de datos, el equivalente a una estantería de 1.400 km de largo.
En este tiempo, CryoSat-2 ha proporcionado una gran cantidad de información sobre la variación del espesor de la capa de hielo en la Tierra y ha demostrado ser una valiosa fuente de datos para la oceanografía, la hidrología y la geodesia. Ha superado las expectativas que se habían depositado en él gracias a la variedad de resultados que ha ofrecido y que van mucho más allá de sus objetivos iniciales. CryoSat-2 también ha realizado importantes aportaciones a nuestro conocimiento de la criosfera y de sus efectos en el clima de la Tierra.
Una décima parte de la superficie terrestre de nuestro planeta está permanentemente cubierta por glaciares o por una capa de hielo. La criosfera es un importante regulador del clima mundial, su elevado nivel de albedo refleja la luz solar hacia el espacio y su presencia influye en la meteorología regional y en las corrientes oceánicas mundiales. Alrededor del 77 por ciento del agua dulce del planeta se encuentra en forma de hielo, pero la criosfera muestra una sensibilidad extraordinaria a los efectos del calentamiento global.
Un ejemplo de los datos proporcionados por CryoSat es que la pérdida de hielo de la Antártida ha incrementado el nivel del mar en 7,6 mm desde 1992 en todo el mundo, y de esta cifra, dos quintas partes (3,00 mm) corresponden a los últimos cinco años. La Antártida almacena suficiente agua helada para elevar mundialmente el nivel del mar en 58 metros. Conocer cuánto hielo está perdiendo es clave para entender, tanto hoy como en el futuro, el impacto que tiene la fusión de las masas de hielo en el cambio climático mundial. Groenlandia ha perdido 266.000 millones de toneladas de hielo en 16 años.
Otro ejemplo de las ventajas de las mediciones que realiza CryoSat son los servicios operacionales que analizan el hielo, el viento y las olas del mar, la batimetría y el control de icebergs para aplicaciones marítimas.