Por José Nicolás Rodríguez | Colaborador TallyHo |
Con fecha, 5 de diciembre de 1936 arribaron a la Base Aérea El Bosque los dos únicos aviones anfibios Sikorsky S-43 que la Fuerza Aérea Nacional «FAN» (actual FACh) tuvo dentro de su inventario y que fueron utilizados por la Línea Aérea Experimental Puerto Montt-Magallanes.
Durante aquellos años, la aviación comenzaba a abrir poco a poco nuevas rutas aéreas a nivel nacional, conectando la zona norte, central y sur, siendo su principal promotor el Comodoro Arturo Merino Benítez. Pero sin lugar a dudas era necesario unir con el resto del país a la zona austral. Dicha ruta, comprendida entre Puerto Montt y Magallanes, a la cual solo se accedía por aquel entonces vía marítima.
Los primeros vuelos hacia Punta Arenas se realizaron en los botes voladores Dornier Wal, bimotores monoplanos cuya capacidad era hasta 10 pasajeros. Mientras que piloto y copiloto iban sentados en tándem y a cabina descubierta. Estas nobles aeronaves, adquiridas por la Aviación Naval en los años 20 y traspasadas a la naciente Fuerza Aérea Nacional, en 1930 como resultado de la unificación de los servicios aéreos del Ejército y Armada, comenzaron a ser anticuadas si se planeaba realizar con mayor frecuencia la nueva ruta. Los Wal eran pesados, lentos con una velocidad de 150kph, con una autonomía de 6 horas y un equipo de radiocomunicaciones de onda corta. Ante esto era necesario contar con un moderno material de vuelo.
Durante 1936, nuestro país destina una comisión a la fábrica Sikorsky, de los Estados Unidos, para adquirir dos modernas, eficientes y potentes aeronaves anfibias, los Sikorsky S-43. Los cuales podían transportar cómodamente a más de 20 pasajeros, incluyendo a sus tripulantes. Contaban con un moderno panel de instrumentos y una instalación Radio-telefónica RCA Victor.
Viajaron hasta la fábrica ubicada en Bridgport, Connecticut, los aviadores FAN: Capitán de Bandada, señor Carlos Abel Kreft, jefe de la comisión; el Teniente 1°, señor Rodolfo Marsh Martin y el Ingeniero señor Marcos Loyola. Conformaron esta misión, el Capitan de Bandada Roberto Rodríguez; los mecánicos Sargentos 1° Abelardo Díaz y Reinaldo Guerra y los radiotelegrafistas Cabos 1° Fernando Hermosilla y Faustino Mejías.
Las flamantes aeronaves, cuyos números de orden eran 1 y 2, fueron bautizadas como «Magallanes» y «Chiloé», respectivamente. Despegaron desde Bridgport, el 28 de noviembre a las 7:25AM, rumbo a Charleston hasta llegar a Miami, Estados Unidos, de noche. El 30 de noviembre a las 8:00AM, emprendieron rumbo a La Habana, Cuba, donde aterrizaron en el aeródromo Rancho Boyeros, a las 9:30AM. Lugar donde son recibidos por el embajador de Chile, Emilio Edwards Bello. A las 6:30AM del 1° de diciembre vuelan hacia Kingstone, Jamaica. Posteriormente vuelan a Cristóbal, Panamá, donde cruzaron los 1.000 kilómetros aproximadamente que separan ambas naciones y sobre el Océano Atlántico. Al día siguiente el raid continuó hasta Buenaventura, Colombia y Guayaquil, Ecuador. A las 7:30AM del 3 de noviembre, despegaron a Chiclayo, Perú y posteriormente a Lima, donde son recibidos por personal de la Fuerza Aérea Peruana, el agregado aéreo Chileno y el embajador. Durante la tarde del 4 de noviembre, despegan hasta Pisco y fue así que a las 5:00AM del día siguiente enfilan hacia Arica. Ya en territorio nacional hacen escala en Vallenar y a las 19:55PM, arribaron triunfales a la Base Aérea El Bosque, en Santiago. Fueron recibidos por el General del Aire, Diego Aracena Aguilar, ministros de Defensa y Hacienda, jefes y oficiales del Cantón de Aviación «El Bosque» y socios del Club Aéreo de Chile. Concretando de esta manera la ruta aérea de mayor extensión, alcanzada por aviadores militares chilenos.
Para mostrar las nuevas adquisiciones a los Magallánicos, el General Aracena dispuso realizar un vuelo a Punta Arenas que el mismo encabezó. Fue así que el 7 de enero de 1937 y luego de una corta escala en Puerto Montt, arriba a Bahía Catalina el «Magallanes», a las 18:20PM. Mientras que el «Chiloé», piloteado por el Teniente Marsh, haría lo mismo durante el atardecer del día siguiente. El arribo del «Magallanes», constituyó un gran acontecimiento, puesto que todo el mundo deseaba contemplar tan moderna aeronave que conectaría aquella zona con el resto del país. Días posteriores el «Chiloé», realizaba el primer traslado de pasajeros hasta la capital dando inicio a este moderno servicio. El «Magallanes», en cambio, tuvo el honor de transportar a doña Marta Sánchez, quien se convirtió en la primera mujer Chilena en volar como pasajero en dichas latitudes.
Lamentablemente, este servicio tuvo un corto periodo debido a algunos accidentes e incidentes. El más grave fue el acontecido el día 2 de junio de 1937, cuando se accidenta el «Chiloé» en la zona de Hualaihue, cerca de Isla Talcán. Fallecieron nueve personas. Cinco pasajeros y tres aviadores, incluyendo a su piloto, el Teniente Rodolfo Marsh Martin.
Finalmente, el 21 de agosto de 1941, el aparato «Magallanes» al momento de aterrizar en Bahía Catalina fue levantado por un viento, golpeó su flotador derecho y posteriormente entró en carrusel, sufriendo daños en su estructura y ala. A pesar de tener la intención de recuperarlo, esto nunca se concretó y se dio de baja a principios de 1945.
Esa fue la vida operativa de aquellos bimotores anfibios, los cuales a pesar de su corto paso por la institución, sirvieron para conectar una de la rutas de vuelo más difíciles del planeta, la de Magallanes.