Cien años de la llegada de la misión Scott a Chile

Mayor Frank P. Scott (izquierda) junto al Inspector Jefe de Aviación Gral. Luis Contreras

En el mes de octubre de 1920, concretamente un 12 de ese mes, llegaba al puerto de Valparaíso la denominada “Misión Scott” a bordo del vapor “Santa Teresa”. Esa misión estaba al mando del Mayor Frank Scott, instructor de vuelo de la Escuela de Vuelo de Gosport en Inglaterra, acompañado del Mayor Charles Pickthorn y el Capitán Oslvaldo Manning ambos notables pilotos de la Real Fuerza Aérea (Reino Unido); además de los especialistas en mecánica: Arturo Seabrook, Langley Backshall, Arthur Hammond y Robert Penneger. También traían un embarque de cuatro aviones Avro 504 de doble mando.

El origen de la Misión Scott
Entre los años 1918 y 1919 el Mayor Frank Scott, realizaba diversas exhibiciones aéreas en algunos países de Latinoamérica demostrando sus habilidades de vuelo a bordo de un avión Avro. Realizó impresionantes exhibiciones en Argentina y Uruguay.

Llegando a Chile el Mayor Scott vio la posibilidad de asesorar y eventualmente reorganizar la Aviación Militar de nuestro país. En este contexto propuso al Gobierno de ese entonces del Presidente José Luis Sanfuentes. Su idea era introducir los más modernos conceptos de entrenamiento militar aéreo de postguerra.

Así entre diversos trámites, el detallado programa de trabajo se firmó un contrato que especificaba que la meta era formar un total de 72 pilotos (52 del Ejército y 20 de la Armada), dejándolos estandarizados como pilotos de guerra, seleccionando algunos de ellos como instructores y “Maestros de Vuelo”.

Con el acuerdo cerrado, el Mayor Scott volvió a Inglaterra, para traer los elementos necesarios para su misión junto con contratar a los demás miembros de su equipo.

La aviación militar en Chile
Para ese año 1920 la Aviación Militar contaba con material de procedencia británica consistente en aviones: De Havilland DH9, De Havilland Gipsy Moth, Avro 504, SE-5 Scout  y Bristol Lucifer. Aeronaves que requerían habilidades y capacidades que se necesitaban perfeccionar la instrucción de nuestros pilotos.

Cabe destacar la notable disposición tanto de los nuevos, como de los “viejos” pilotos militares chilenos en ser parte de la selección de pilotos para ser entrenados por la Misión Scott.

Se inicia la Misión Scott en Chile
El día 22 de noviembre de 1920, se presentó la Misión Scott en la Base Aérea El Bosque, en una ceremonia realizada en uno de los hangares de madera de la unidad. En esa oportunidad el Inspector Jefe de Aviación Gral. Luis Contreras conforme a lo contratado por el Gobierno de Chile designó al Mayor Frank Scott a cargo de la Dirección Técnica de la Escuela de Aviación Militar en tanto se nombró al Capitán Francisco Quevedo como ayudante a cargo de todos los aspectos administrativos y disciplinarios.

En orden de darle todas las atribuciones necesarias para que el Mayor Scott pudiera realizar su misión de forma efectiva se firmó el Decreto Supremo N° 3272 del 24 de diciembre de 1920.

En tanto se ensamblaban los aviones adquiridos. Con el fin de exaltar a servidores públicos nacionales, instituciones y localidades que apoyaron a la adquisición de aeronaves con la erogación de fondos se procedió a bautizar a los nuevos aviones con los siguientes nombres:
Avro 504 N° 77 “Colchagua”, N°78 “Capitán Ávalos, N° 79 “Curicó” y N°82 “Malleco”.

Se procedió a estandarizar esta nomenclatura en letras negras sobre fondo blanco a ambos costados del fuselaje.

Como indicamos la Misión Scott, comenzó a funcionar en noviembre de 1920, realizando las instrucciones tanto aéreas como terrestres de forma simultánea. La instrucción finalizaba con la obtención del certificado “Y”, vigente con la Real Fuerza Aérea.

Capitán Diego Aracena (izquierda) y
el Ingeniero Arturo Seabrook

Luego de aprobar la instrucción en material Avro 504, se conformaron dos escuadrillas: una de caza con aviones SE-5 Scout y una de bombardeo y reconocimiento con aviones De Havilland DH9. La instrucción en tierra incluía tiro con ametralladoras Lewis y Vickers, bombardeo controlado en “cámara oscura”, fotografía aérea, tiro con ametralladora fotográfica, instrucción de mecánica de aviación y de motores .

La Misión Scott fue un éxito sin duda al lograr entrenar en un corto tiempo el mayor número de pilotos capaces de realizar misiones de guerra en sus respectivos aviones. Sin embargo, toda su renovación trajo “ataques” desde diversas direcciones que no veían con buenos ojos estos progresos para nuestra Aviación Militar. Estas críticas se exacerbaron con los accidentes ocurridos, siendo silenciados al verse los resultados de la instrucción que eran evidentes. Una de las muestras públicas fue el desfile aéreo realizado el 1° de enero de 1921 en el Club Hípico.

La Misión Scott, estuvo en Chile hasta fines de 1921, habiendo dado cumplimiento a lo acordado terminando la instrucción 63 oficiales del Ejército y de la Armada. De los 72 seleccionados para recibir instrucción, hubo algunos oficiales rechazados por parte de los instructores por falta de aptitudes, dos se retiraron por razones familiares, y dos por enfermedad.

Contribución de  la Misión Scott
Esta misión logró imprimir en la Aviación Militar un carácter mucho más militar especialmente en las actividades aéreas, al incluir instrucción de tiro aéreo, fotografía, reglaje de tiro de artillería , comunicaciones radiales y bombardeo. Sin duda, fue rupturista para lo que estaba hasta ese entonces establecido haciendo una instrucción de primera calidad a los pilotos militares chilenos. Además demostró que recibiendo una instrucción apropiada nuestros pilotos podían adquirir y desarrollar las habilidades necesarias para convertirse en un efectivo piloto de guerra. Otro de los aportes notables fue el confirmar las apreciaciones del mayor Huston (ver nota), que coincidían en la necesidad de crear un servicio unificado de aviación que en el caso de nuestro país se concretaría nueve años después con la formación de la Fuerza Aérea Nacional, actual Fuerza Aérea de Chile.

Referencias:
Historia de la Aviación en Chile 1920-1925, de Enrique Flores A.
Historia de la Fuerza Aérea de Chile Tomo I 
Historia de la Fuerza Aérea de Chile Tomo I, de Rodolfo Martínez Ugarte (1963)
Revista Fuerza Aérea N°152, Enero-Marzo 1980

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