Corría el año 1922 y en un mundo que recién salía de una terrible guerra mundial las hazañas y la valentía de quienes volaban aeronaves cada vez acaparaban más la atención de la gente. En ese contexto en un país como Chile con las complejidades de conexión de siempre, la aviación fue un medio que permitió conectarnos de manera mucho más fluida con el resto de Sudamérica y el mundo.
En este ambiente el Ingeniero de la Dirección de Aeronáutica, Ernesto Ried, apasionado de la aviación tiene la idea de realizar un vuelo que lleve desde Chile un mensaje de saludo a Brasil por el Centenario de su independencia. Para ello realizó varios estudios y cálculos para poder realizar dicho raid, resultando factible con aviones de la Escuela de Aviación, a pesar de lo precarios que eran los aeródromos de la travesía, las dificultades serían superadas por la pericia de los pilotos nacionales.
En ese año el Presidente de la República era Arturo Alessandri Palma quien se enteró de esta idea autorizando que dos pilotos de la Escuela de Aviación Militar. Es así que el entonces Ministro de Guerra Roberto Sánchez interroga al Coronel Enrique Monreal que se desempeñaba como Jefe Interino de los Servicios de Aviación si es que era posible realizar dicho raid a Brasil. La respuesta no fue otra que afirmativa dado que se confiaba plenamente en las capacidades de los pilotos formados por la Misión Scott. Para ello fueron seleccionados los oficiales: Capitán Diego Aracena, Armando Castro y Federico Baraona, como no podían ir tres aviones se dejó que la suerte decidiera quién sería quien acompaña en el segundo avión al Capitán Aracena. El proceso fue colocar los nombres escritos en un papel dentro de la gorra del Coronel para el sorteo.
Finalmente se definió que los dos aviones que realizarían el raid a Brasil serían el DH-9 «Ferroviario» tripulado por: Capitán Diego Aracena y el Ingeniero Arturo Seabrook y el DH-9 «Talca» (*) tripulado por: Capitán Federico Baraona y el Sargento Mecánico Manuel Barahona.
El día 26 de agosto estuvieron alistados los aviones en la más absoluta reserva, y los pilotos fueron recibidos en audiencia los dos pilotos y Coronel Monreal por el Presidente de la República quien les entregó la carta de saludo al Presidente de Brasil Epitacio Pessoa.
El día 26 de agosto estuvieron alistados los aviones en la más absoluta reserva, y los pilotos fueron recibidos en audiencia los dos pilotos y Coronel Monreal por el Presidente de la República quien les entregó la carta de saludo dirigida al Presidente de Brasil Epitacio Pessoa. Como era habitual en esa época el Presidente expresó elogiosas palabras para Diego Aracena señalando: «Capitán, ya sé que Ud. es valeroso y capaz de realizar esta hazaña creo que su espíritu tendrá el temple de los que saben servir con heroísmo a la Patria…» finalizando «Sea prudente, ponga toda su alma en la conducción de su nave y llegue hasta Río de Janeiro, en donde el gran pueblo del Brasil celebrará las fiestas centenarias de su emancipación republicana».
Era el mes de agosto y el clima de invierno de Santiago no permitió que los aviones despegaran, postergándose el inicio del raid hasta el día 29 de agosto. A las 08:00 hrs llegaron los pilotos a los aviones ya indicados que estaban prestos frente a los hangares de El Bosque. Luego del encendido de los motores y hechas las comprobaciones el avión «Ferroviario» despegó a las 08:25 con el Capitán Aracena y el Ingeniero Seabrook, seguidos cinco minutos después por el avión «Talca» tripulado por el Capitán Baraona y el Sargento Barahona. Fueron despedidos por decenas de personas y gorras. Además despegaron dos Avro 504 para escoltarlos hasta los contrafuertes de la Cordillera de los Andes.
El Raid
El cruce de la Cordillera fue el primer gran obstáculo que se les presentó a los aviadores, quienes volando a 5.000 metros tuvieron que soportar hasta -26°C lo que les comenzó a afectar de manera severa sus capacidades físicas. Según indica el Capitán Baraona, decidieron separarse ambos aviones dado que los fuertes vientos reinantes en una oportunidad los tuvo muy cerca de colisionar.
Los aviadores lograron cruzar la cordillera pasando por el sector de Las Cuevas dos horas más tarde, aterrizando a las 11:20 horas el Capitán Aracena en Mendoza, mientras que el Capitán Baraona lo hizo en Villa Krause, en las cercanías de San Juan a las 11:30 horas. El Capitán Aracena, sufre la congelación de su pie derecho, producto de una rotura en la tela de su avión, que le provocó un principio de gangrena. Para ello fue tratado por cinco cirujanos de Mendoza quienes diligentemente lo atendieron quedando en condiciones de continuar el raid el día 1 de septiembre. El avión «Talca» vuela desde Villa Krause hasta Mendoza para reunirse con el «Ferroviario».
El día 1 de septiembre ambos aviones despegan de Mendoza y recorren más de 300 kilómetros, aterrizando en las cercanías de Villa Mercedes. Luego al día siguiente se dirigen con destino a Rufino. En el trayecto una densa neblina les impide continuar por lo que se deciden devolver y aterrizar en Castellanos. Lamentablemente en este lugar donde el DH-9 del capitán Baraona al intentar aterrizar perdió su tren de aterrizaje completo, dañando también el fuselaje, un alerón y la hélice, resultando ilesos los tripulantes. Sin embargo por la magnitud de los daños les impedía seguir el raid a Brasil.
Queda solo el «Ferroviario» piloteado por el hábil Captián Aracena quien despega de Castellanos con rumbo a El Palomar. Con antelación habían despegado dos aviones argentinos tripulados por los Tenientes Parravicini y Perugoria para escoltar al avión de Aracena, reuniéndose sobre Junín. Al llegar a El Palomar aterrizó primero uno de los aviones argentinos para indicar la mejor aproximación a la pista seguido por el «Ferroviario» de Aracena y Seabrook. Nada más aterrizar y Aracena fue llevado por la multitud quien además se desplazaba con muletas debido a sus lesión en el pie. La llegada de los viajeros chilenos fue muy comentada en Buenos Aires y fueron recibidos afamados aeronautas argentinos Capitán Ángel María Zuloaga y Eduardo Bradley quienes habían cruzado la Cordillera de los Andes en globo el año 1916. En tanto el Ingeniero Seabrook y el Ingeniero Reid revisaron el avión «Ferroviario» de manera acuciosa para proceder con las reparaciones pertinenentes.
El día 6 de septiembre finalmente despegan de El Palomar a las 9:25 escoltados por tres aviones Spad y tres Bristol argentinos. Volando a no más de 100 metros de altura debido a la neblina, Poco antes de llegar a la Escuela de Aviación Militar de Montevideo, aviones Avro tripulados por los Tenientes Lacosta, Galeano y Farías vuelan a su encuentro para indicarle el punto de aterrizaje en la pista de dicha escuela, eran las 11:10 hrs. Al día siguiente era el Centenario de la Independencia de Brasil, por lo que Aracena, deseaba llegar a territorio brasileño ese mismo día 7 de septiembre. Despegando desde Montevideo hasta Treinta y Tres donde se abastecen de combustible y ante la densa niebla aterrizan en la localidad de Vergara (Uruguay).
A las 08:15 despegan de Vergara el día 8 de septiembre y siendo las 08:30 cruzan finalmente la frontera y llegan a Pelotas ya en terrotorio brasileño, a las 11:00 hrs. Luego prosiguen hasta Porto Alegre arribando a las 17:40 hrs. de ese día.
El día 9 de septiembre a las 10:50 hrs despega desde Porto Alegre con destino a Florianópolis el «Ferroviario» que sigue a paso firme piloteado por el Capitán Aracena la travesía desde Chile. Sin embargo habiendo recorrido unos 170 kms tuvo que aterrizar en Domingo das Torres alrededor de las 14:00 hrs, debido a un fuerte temporal de viento y lluvia. Finalmente despega el día 12 de septiembre de Domingo das Torres a las 08:10 hrs. aprovechando una mejora del clima aterrizando en Florianópolis a las 11:20 hrs.
El tramo desde Florianópolis hasta Santos era uno de los más largos (600 kms aprox.) que debían enfrentar Aracena y Seabrook. El día 13 de septiembre a las 11:40 hrs despegan con la idea de Aracena de llegar sin escalas, sin embargo tuvo que aterrizar en Iguape para rerapar una falla en la bomba de bencina. La segunda escala no programada fue en el Fuerte Militar «Duque de Caxias» debido a la falta de combustible, continuando el vuelo y llegando a Santos a las 17:20 hrs.
Se acercaba el final de la magna travesía, así el día 14 de septiembre desde la playa Gonzaga en Santos despegaba a las 11:30 el noble «Ferroviario» con su tripulación poniendo rumbo a Río de Janeiro, distante unos 340 kms. Al cabo de unas dos horas y media de vuelo entre la bruma y nubes comenzó un fuerte viento que les impedía siquiera avanzar, por lo que el Capitán Aracena decide devolverse y durante 45 minutos buscando dónde aterrizar encuentran un lugar propicio en la localidad de Ubatuba y realizan la maniobra, lamentablemente luego de unos 40 metros de desplazamiento la rueda derecha se hunde y hace que el avión se de vuelta, por fortuna ambos tripulantes resultaron ilesos.
El final del Raid
Ante la adversidad y la imposibilidad de terminar en el noble avión «Ferroviario» el raid de Chile a Brasil, el Capitán Aracena y el Ingeniero Seabrook fueron llevados a Río de Janeiro desde Ubatuba distante unas millas. Las autoridades brasileñas los trasladaron en el buque contratorpedero Amazonas el día 16 de septiembre a Río de Janeiro. En dicha ciudad se reunieron con el Presidente Epitacio Pessoa al cual entregaron la carta con el saludo del Presidente de Chile Arturo Alessandri. Además el Presidente Pessoa los declaró huéspedes oficiales y fueron agasajados por destacadas personalidades como Alberto Santos Dumont. En un gran gesto de amistad y camaredería el gobierno brasileño le permitió al Capitán Aracena, terminar el raid volando.
Para terminar «volando» se le permitió operar el hidroavión n°11 de la Marina de Guerra de Brasil, así el Capitán Aracena luego de algunas horas de práctica el día 25 de septiembre despega desde la bahía de Guanabara con rumbo a Ubatuba. En el hidroavión iba una tripulación brasileña que voló la aeronave hasta Ubatuba lugar donde toma los controles el Capitán Aracena para retornar a las 17:56 hrs a Río de Janeiro.
Entrevistado el año 1924 por la Revista Los Sports el Capitán Diego Aracena señala como el momento más agradable del raid:
«—’¿Su rato más agradable durante la travesía? (El piloto sonríe. . . Sonrisa que nosotros traducimos: «¿Cuál citaré? |Si los ratos agradables fueron tantos!» Se decide, por fin:) —Fué en Porto Alegre: mi llegada produjoentusiasmo tan delirante; había tal afecto y espontaneidad en todas las manifestaciones, que, sinceramente, no obstante mi temperamento frío v sereno, por primera vez me sentí emocionado».
(*) En algunas publicaciones aparecen señalados como los aviones DH-9 N°91 «Talca» y N°92 «Ferroviario», sin embargo en las imágenes disponibles el N°91 corresponde al DH-9 «Tacna», hasta el cierre de esta nota no encontramos más información al respecto.
Bibliografía:
Historia de la Fuerza Aérea de Chile – Tomo 1
28 Días Historia de una hazaña de José Núñez Rosseau
Revista Los Sports N°54 21 de marzo 1924, colección memoria chilena.