50 años de la llegada de los Beechcraft Mentor a la Aviación Naval Chilena

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Por José Nicolás Rodríguez | Colaborador TallyHo |

Antes de finalizar este Mes del Mar, quisiéramos recordar un hecho histórico en la Aviación Naval de Chile. Con fecha, 18 de mayo de 1966, arribaron a la histórica Base Aeronaval de El Belloto, los primeros cuatro de un total de seis Beechcraft T-34 Mentor, destinados a la formación de los futuros aviadores navales.

Desde la reactivación del servicio de aviación naval, entre 1953 hasta 1965, los oficiales navales de la rama aire, recibían instrucción en la Fuerza Aérea de Chile o en algún Club Aéreo, cuyo propósito inicial era determinar aptitudes. Posteriormente eran enviados a la U.S Navy, donde efectuaban un período más intenso y completo. Finalmente producto de diversas variaciones con mayor o menor énfasis en la etapa inicial realizada en Chile, esto dejó de satisfacer las necesidades en 1965. A pesar de la buena disposición de la FACH, la falta de material de vuelo, instructores y los requerimientos propios de dicha institución, impidió cubrir con los puntos necesarios impuestos por la Armada. Como solución se optó por adquirir material de vuelo de instrucción.

En primera instancia, se pensó en adquirir el modelo Grumman Ag-Cat, aeronave que a parte de servir como fumigador y de extinción de incendios forestales, también servía de instrucción primaria, pero no de instrucción básica, por lo cual fue desechado. Una segunda opción fue el entrenador Suizo Pilatus P-3, pero por su alto costo la idea fue cancelada. Es así como una tercera opción recae en el Beechcraft T-34 Mentor, los cuales fueron adquiridos usados, ya que la fabricación de este material de vuelo había finalizado en 1959.

El 30 de noviembre de 1965, la firma Hamilton Aircraft Company, ofreció tres Mentor «overhauleados». Por otra parte, la empresa The Norman Larson Co, ofreció un cuarto aparato, el cual se caracterizaba por tener número de serie G-3, vale decir, que se trataba de uno de los primeros prototipos y único en vuelo en aquel tiempo, ya que el resto (G-1 y G-2) fueron destruidos en ensayos.

El responsable de supervisar. y realizar la compra, fue el Capitán de Corbeta, Carlos Acosta Ramírez. Los primeros oficiales que recibieron instrucción en las máquinas fueron: el Capitán de Corbeta, Hernán Rivera y el Teniente 1° Federico Peñaranda. Posteriormente, el 16 de marzo de 1966, viajaron a Tucson Arizona los Tenientes 1°: Sergio Mendoza; Claudio Aguayo y el Sargento 2° Héctor Villa, donde recibieron instrucción.

Finalizado el curso, se inicia el traslado a Chile de los cuatro Mentor, bajo el nombre de «Destacamento Tango 4», liderados por el Capitán de Corbeta Rivera y conformado por: Naval 204: Capitán de Corbeta Rivera y Teniente 1° Peñaranda; Naval 203: Teniente 1° Mendoza y Sargento 2° Villa; Naval 202: Teniente 1° Aguayo y Naval 201: Teniente 1° Corthron.

Durante el recorrido de casi 10.000 km, las aeronaves realizaron escalas técnicas en: México, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Colombia, Ecuador y Perú. Hasta arribar a Chile (Arica), el 16 de mayo. Finalizando su travesía en El Belloto a las 16:00hrs del 18 de mayo. Allí fueron recibidos por el Vicealmirante Jorge Balaresque; el Comandante en Jefe de la Escuadra Nacional, Contralamirante Raúl Del Solar; el Jefe del Estado Mayor General de la Armada, Contraalmirante Jorge Swett; el Subdirector de los Servicios de la Armada, Capitán de Navío Enrique O´Reilley (Aviador Naval más antiguo en servicio activo); el Comandante de la Aviación Naval, Capitán de Fragata Eduardo Allen, entre otros.

Posteriormente, en julio de 1966, arriban los dos últimos Mentor registrados como Naval 205 y Naval 206. Los que fueron traídos en vuelo desde EE.UU.

Tras 14 años de operaciones y con la llegada del moderno material Pilatus PC-7 Turbo Trainer, el 22 de mayo de 1980. Los T-34 fueron enajenados el 07 de julio de 1980 y vendidos a la Fuerza Aérea de Uruguay.

Actualmente se encuentra preservado en la Base Aeronaval de Viña del Mar, el T-34 Mentor Naval 201(c/n G-3) (en la foto que ilustra este artículo). Cuya conservación, sin lugar a dudas, representa el gran testimonio del paso de este notable entrenador militar básico.


Agradecemos el invaluable trabajo investigativo del SOM Carlos Saldivia que sirvió de inspiración para realizar este artículo.

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