A 30 años de la hazaña del Rutan Voyager

A 30 años de la hazaña del Rutan Voyager

Por José Nicolás Rodríguez | Colaborador Tallyho |

Al amanecer del 23 de diciembre de 1986, finalizaba con éxito en la Base Aérea Edwards de la Fuerza Aérea Norteamericana (USAF) la vuelta al mundo sin escala y, sin reabastecimiento, realizada por primera vez en un avión deportivo experimental. Hazaña que tardó solo 9 días en ser concretada. A bordo de la aeronave bautizada como «Voyager» (Viajero) iban dos valientes aviadores Americanos, Dick Rutan y su acompañante Jeana Yeager.

La idea de dar la vuelta al mundo, nació en 1981 cuando Jeana, Dick y su hermano Burt, durante un almuerzo propusieron efectuar un viaje de tales características, además dibujaron como tendría que ser la aeronave en una servilleta. Fue así como nació el Rutan modelo 76 «Voyager».

Para la tal efecto, era necesario crear un avión eficiente en el consumo de combustible y, que además fuera liviano, por lo que utilizaron en su fabricación materiales compuestos, principalmente: Grafito, Kevlar y Fibra de Vidrio. Su peso vacío era de 1.020 kg, mientras que el peso máximo de despegue era de 4.397 kg. Logrando transportar más de 4.281 litros de combustible en sus 17 estanques, distribuidos en alas, fuselaje y en sus tails booms. La construcción del Voyager tardó 18 meses siendo Burt Rutan, su diseñador, quien aplicó al diseño el concepto de configuración canard. Dichos trabajos se realizaron con un grupo de voluntarios, incluyendo a Dick, Jeana y Bruce Evans, jefe de equipo y constructor, en la fábrica ubicada en el estado de Mojave, California. Los motores instalados en un principio fueron dos Lycoming O-235 (100HP) los cuales fueron cambiados por dos Teledyne Continental. Un O-240 (130HP), ubicado en la parte delantera y un IOL-200 (110HP), el que se caracterizaba por ser refrigerado por líquido y que se ubicó en la parte trasera. Durante la travesía, dicho motor sería el utilizado.

th-30-aniversario-voyager-00El 22 de junio de 1984 realizó su primer vuelo, mientras que en noviembre de 1985 se efectuó su Roll Out con sus nuevos motores.

Tras meses de pruebas, en la fría mañana del 14 de diciembre de 1986, a las 08:01AM, despegaba desde la Base Aérea Edwards el Voyager, iniciando así su larga travesía. La aeronave se posicionó en la pista más larga del recinto de la USAF (4.576 metros) e inició su carrera de despegue. Dicha acción no estuvo exenta de problemas, ya que a medida que corría, los extremos de sus finas alas cargadas de combustible, se arrastraron por el hormigón, resultando destruidos sus winglets. Tras recorrer 3.000 metros, finalmente logra elevarse ante la mirada atónita de todos los presentes. Durante los primeros minutos en el aire fue acompañado por un bimotor cuadriplaza Beechcraft 76 Duchees. La tripulación del Beech, al constatar que las puntas de las alas estaban dañadas, le advirtieron a Dick, quien realizó unos movimientos hasta que logró desecharlos. Posteriormente, este aparato escolta, los abandonó.

Superados estos primeros inconvenientes, la tripulación ya más relajada, enfiló rumbo hacia el Oeste, sobre el Océano Pacífico, para sobrevolar Hawai. Durante toda la empresa, un centro de control ubicado en Mojave, les entregó datos sobre tormentas, ciclones y otros fenómenos meteorológicos. Las comunicaciones con dicha estación fueron fundamentales, para eso el Voyager contaba a bordo con una radio HF modelo King KHF 200. Otro punto a favor, fue el correcto funcionamiento del sistema de piloto automático.

Sobre el Océano Índico, tuvieron problemas relacionados con las condiciones atmosféricas, y la transferencia de combustible entre los estanques.

Ya en África, también encontraron numerosas tormentas, pero otro factor más peligroso fue la incertidumbre de sobrevolar regiones envueltas en conflictos bélicos.

Mientras se encontraban sobre el Océano Atlántico y, a pocas horas para alcanzar la costa de América del Sur, el motor trasero se detuvo por falta de aceite. Mientras Jeana iba a los mandos, Dick comenzó a bombear aceite para rellenar el estanque. Tras ese incidente, Dick enfermó y su acompañante lo reemplazó.

En el penúltimo día, ocurrieron nuevos inconvenientes. Primero, la bomba de transferencia de combustible del costado derecho se detuvo. Esto les permitió darse cuenta que el ala izquierda tenía sesenta litros menos, por lo que no cabía duda que había una fuga. Mientras era bombeado el combustible, aconteció el segundo problema relacionado con el motor trasero, debido a que este nuevamente se detuvo. Al no poseer motor de partida, se trató de accionarlo picando la aeronave, pero sin éxito. A pesar de todo, este nuevamente, volvió a funcionar.

A su llegada a la Base Edwards el Voyager lo esparaban 55.000 espectadores y cadenas de radio, televisión y diarios.

Finalmente, el 23 de diciembre de 1986 a las 08:06AM, aterrizaba en la Base Edwards el Voyager ante 55.000 espectadores y cadenas de radio, televisión y diarios. Concluyendo una odisea que realizó en: 9 días, 3 minutos y 44 segundos. Recorriendo 40.212 kilómetros a una velocidad de 186 km/h y a 11.000 pies.

Dada la magnitud de la proeza, la Federación Aeronáutica Internacional (FAI), les concedió el reconocimiento de distancia recorrida (40.212 km) y el de velocidad sin escalas ni reabastecimiento (186.11 km/h), los cuales hasta el día de hoy no son batidos por aeronaves de su categoría. Otro premio que recibieron  sus tripulantes, diseñador y equipo fue el Trofeo Collier, máxima distinción que otorga Estados Unidos a su tripulación, cuya finalidad es demostrar la eficiencia, rendimiento y seguridad de los vehículos aéreos o espaciales.

Actualmente el Rutan Voyager matrícula N269VA, descansa en el Museo Nacional del Aire y del Espacio de la Institución Smithsonian, en Washington D.C, Estados Unidos.

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