Los técnicos recientemente completaron una inspección completa del casco de Airlander utilizando técnicas de acceso simple, seguro y espectacular por medio de cuerdas, desarrollado para hacer que el mantenimiento de rutina para esta aeronave única. Como era de esperar, no se encontraron problemas importantes y Airlander consiguió los «pulgares arriba» para continuar su programa de pruebas en vuelo.
Esta fue la primera vez que este proceso de acceso se ha utilizado fuera en el casco tras el desarrollo dentro de nuestro hangar. Esta técnica es clave para permitir que Airlander demuestre su capacidad para mantenerse fuera, sin necesidad de un hangar permanente.
Ahora se tiene el beneficio de un acceso notablemente más fácil a todas las superficies y sistemas superiores del Airlander, usando el mismo sistema de ascenso que el equipo de técnicos utiliza para el mantenimiento e inspección de rutina del motor.
El Airlander tiene 26 metros de altura (alrededor de la misma altura que cuatro autobuses apilados de dos pisos) lo que significa que gran cuidado se ha puesto en las técnicas de mantenimiento. Las cuerdas de seguridad están permanentemente unidas al casco y nuestros técnicos han realizado rigurosos entrenamientos para garantizar los más altos estándares de seguridad. El acceso se logra al casco a través de ascensores de potencia suministrados por ActSafe, los líderes mundiales en este tipo de equipos. La seguridad es la prioridad de Airlander y siempre garantizamos que se cumplan los más altos estándares.
La primera inspección completa del casco de Airlander se completó a principios de agosto, por el equipo de técnicos de aeroespacial de HAV
«Estar en el casco es una experiencia fantástica – ¡No quería bajar! Fue un privilegio formar parte del pequeño equipo que realizó los controles de seguridad programados. Nos complace encontrar ningún problema importante, demostrando aún más la resistencia de Airlander» señaló Ivor Pope, Gerente de mantenimiento, modificación y operaciones terrestres.
