50 años de la llegada de los Piper Cherokee al Club Aéreo de Santiago

Por José Nicolás Rodríguez | Colaborador TallyHo |

Hace exactamente 50 años, un 13 de octubre de 1966, llegaban las nuevas adquisiciones del Club Aéreo de Santiago, las cuales significaron un enorme salto tecnológico, esto permitió la renovación paulatina y total del material de vuelo ya existente, además de cambiar la forma de volar en dicha institución, nos referimos a los Piper Cherokee.

El Club Aéreo de Santiago, institución pionera de la aviación civil de nuestro país, durante principios de los años 60, se vio en la necesidad de renovar su flota del área básica y media, los cuales en su mayoría eran de tren de aterrizaje triciclo, convencional y fuselaje entelado. En aquel entonces el área básica se conformaba por material Aeronca7AC Champion, Champion 7EC Traveler, Piper Super Cub y Cessna 150. Este último si bien se caracterizaba por ser un moderno entrenador, era muy limitado en cuanto a su aviónica. Mientras que en el área media se encontraban los Cessna 172, 175 Skylark y algunos Cessna 170.

El directorio de la época presidido por Mauricio Serrano, en conjunto con los socios Jorge Jarpa y Alberto Reyes, realizaron gestiones con el Gobierno de aquel entonces para obtener un ítem especial dentro del presupuesto de la Nación para la compra de nuevo material de vuelo. Fue así como se pudieron adquirir en Estados Unidos doce aeronaves de ala baja e íntegramente metálicos marca Piper, modelo Cherokee. Esta compra contempló: Seis 140 de instrucción (CC-KSX, CC-KSZ, CC-KXB, CC-KXG, CC-KXH y CC-KXI). Tres 235B cuadriplazas (CC-KSQ, CC-KST y CC-KSU) y Tres 260 de cinco plazas más piloto (CC-KSI, CC-KSN y CC-KSO).

Para traer las nuevas máquinas, se realizó una selección dentro del cuerpo de instructores del Club y se comisionó a 24 pilotos, los que poseían entre 1.000 a 2.000 horas de vuelo. Fue así como el día 26 de septiembre de 1966, viajaron a las instalaciones de la fábrica en Vero Beach, Florida con la finalidad de interiorizarse en los nuevos aparatos y realizar chequeos de 30 minutos.

Finalmente, el 30 de septiembre, se realizó la entrega oficial y consigo el largo viaje hacia Chile. Se caracterizó por ser el crucero más importante realizado, recorriendo un total de 7.000 millas. Para tal travesía se realizaron escalas en: Crestview, Houston y Brownsville (Estados Unidos); Veracruz (México); San Salvador (El Salvador); Buenaventura (Colombia); Manta (Ecuador); Talara, Lima y Pisco (Perú); Arica, Antofagasta, Vallenar y Santiago (Chile). Por motivos de seguridad el viaje se realizó principalmente en las mañanas, debido a los repentinos cambios climáticos que se producen, principalmente en Centroamérica. Esta escuadrilla estuvo al mando del instructor Alberto Reyes y actuaron como líderes de las diferentes bandadas los aviadores: Patricio Burr, Arturo Miquel y Luis Peralta.

Tras viajar por trece días, el 13 de octubre de 1966, a las 16:00hrs y en formaciones de a tres arribaron al Aeropuerto Internacional Los Cerrillos. Posteriormente y después de haber realizado los trámites de aduanas, termina la etapa final en el aeródromo Eulogio Sánchez Errázuriz (Tobalaba), donde son recibidos por socios, amigos y familiares. Esta travesía sirvió para demostrar una vez más el profesionalismo de los aviadores civiles nacionales.

Desde aquel momento, el Club Aéreo de Santiago, por primera vez en su historia tuvo material avanzado y equipado con instrumental necesario para los vuelos IFR, así como también poder realizar trayectos más largos y con pocas escalas.

Durante 1968, la flota de instrucción se ve incrementada con seis nuevos Cherokee 140, registrados como: CC-KSA, CC-KSH, CC-KXN, CC-KXQ, CC-KXR y CC-KXW. Conformando un total de doce aparatos para la formación de pilotos. Con esta moderna flota es totalmente reemplazado el material Aeronca y Champion, máquinas que prestaron servicio desde 1945 y 1957, respectivamente.

En 1971, se incorporan tres nuevos Cherokee, esta vez modelo 180F cuadriplazas, cuyas matrículas eran: CC-KXJ, CC-KXL y CC-KXP. De los cuales actualmente se conservan en excelentes condiciones de vuelo en el Club dos de estos aparatos: CC-KXJ y CC-KXL.

Finalmente, en 1975, se adquieren usados dos Piper Cherokee (140) CC-KSB y (180E) CC-KXK, los que fueron destinados a reemplazar a algunos dados de baja.

Debido al vertiginoso avance en la industria de la aviación civil, durante la mitad de los años 70, la institución comienza a buscar nuevas aeronaves de bajo costo operacional. A partir de 1978 y tras haber servido por doce años como entrenadores, comienzan a ser retirados paulatinamente los PA-28 140. Ese mismo año se adquirieron cuatro aparatos Cessna C-152 II. Posteriormente con la llegada de los modernos Piper Tomahawk II, en 1981, son reemplazados los últimos 140. Hasta aquel entonces este material acumulaba un total de 6.000 horas de vuelo.

Similar situación tuvieron los Cherokee 235B y 260, vendidos a partir de la década de los 80 y hasta mediados de los 90.

A continuación, un recuadro con datos sobre las aeronaves de aquella primera adquisición en 1966 y su posterior destino:

El autor expresa sus agradecimientos al Socio Honorario e instructor del Club Aéreo de Santiago, Don Arturo Miquel; a la Relacionadora Pública del Club Aéreo de Santiago, Srta Tatiana Zamorano y al dibujante del Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio, Don Samuel Matamala. Quienes contribuyeron a la realización de este reportaje.