El audaz compromiso de Delta Air Lines con la neutralidad de carbono, que comenzó en marzo de 2020 después de que anunciara una inversión de mil millones de dólares a lo largo de esta década para ser neutral en carbono, se está cumpliendo con un rápido impacto a través de la acción inmediata y la inversión a largo plazo para combatir el cambio climático.
Por ello, en este Mes de la Tierra, Delta detalla aún más su estrategia de sostenibilidad, que incluye la realización de una conferencia a los empleados con el fin destacar cómo los socios se están involucrando en el tema, como Takeda Pharmaceutical Company Limited, el último cliente de Delta en firmar un acuerdo de combustible para aeronaves sostenible (SAF) que abordará la huella de carbono de los viajes de negocios de la compañía con la aerolínea.
Esto se debe a que la visión de Delta es la aviación de impacto cero: viajes aéreos que no causan ningún daño al medio ambiente directa o indirectamente a través de la liberación de gases de efecto invernadero, ruido, generación de residuos u otros impactos ambientales. Para lograrlo, la empresa trabaja en un plan de sostenibilidad medioambiental integral centrado en tres áreas:
- Reducción y eliminación de carbono, que se logrará mediante iniciativas que van desde el retiro de aeronaves más antiguos que consumen más combustible, hasta inversiones en proyectos de compensación de carbono que mantengan, protejan y amplíen los bosques, pasando por el desarrollo de innovaciones y tecnologías que garanticen viajes limpios;
- Compromiso de las partes interesadas, como ya ocurre con NIKE, Inc., Deloitte, y Takeda Pharmaceutical, los primeros clientes corporativos de Delta que compran SAF facilitados por la aerolínea, apoyando un futuro de viajes de negocios más sostenibles;
- Crear asociaciones, dentro y fuera de la industria de la aviación, para dar forma y permitir los planes «verdes» de Delta. Un ejemplo es su asociación con el Programa de Enlace con la Industria del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts por sus siglas em inglés), que ha ayudado a la aerolínea a comprender y cuantificar el impacto medioambiental de la aviación y a informar de su plan a largo plazo para apoyar la innovación del sector.
