Satélite Sentinel-2B fue lanzado con éxito y completa la misión europea para la visión en color de la Tierra

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El programa europeo Copernicus ya cuenta con su «segundo ojo». El martes 7 de marzo a las 2.49 am CET (6 de marzo 10.49 pm hora local), un cohete Vega despegó con éxito desde el puerto espacial de Kourou, en la Guayana Francesa, llevando a bordo el satélite desarrollado y construido bajo el liderazgo industrial de Airbus para la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés). Tras poco más de una hora, se desplegó el panel solar responsable del suministro de energía y Sentinel-2B informó con éxito de su entrada en servicio. El satélite de 1,1 toneladas de peso ha sido diseñado para operar como mínimo 7 años y 3 meses en una órbita polar a unos 786 kilómetros por encima de la Tierra.

«Las extraordinarias capacidades del instrumento multiespectral del Sentinel-2 y la gran precisión de geolocalización del satélite, junto con su rápida transmisión de datos se adaptan a la perfección a la cada vez mayor demanda de datos sobre la Tierra y el medioambiente obtenidos por satélites», declaró Nicolas Chamussy, Responsable de Space Systems en Airbus.

La misión se basa en una constelación de dos satélites idénticos: Sentinel-2A y Sentinel-2B. El Sentinel-2A se lanzó en 2015 a la misma órbita, pero con una separación de 180º. Al contar con dos satélites, se conseguirá en solo cinco días una imagen de la totalidad de la superficie terrestre entre las latitudes 56° sur y 84° norte, lo que optimizará la zona de cobertura global y la transmisión de datos para numerosas aplicaciones.

La misión Sentinel-2 contribuye a la gestión de la seguridad alimentaria ya que proporcionará información al sector agrícola. Con su instrumento multiespectral, Sentinel-2 es la primera misión de observación óptica de la Tierra de su género que incluye tres bandas en el ‘rojo extremo’, lo que proporciona información esencial sobre el estado de la vegetación. Sentinel-2 se ha diseñado para proporcionar imágenes que puedan servir para diferenciar entre distintos tipos de cultivos y para aportar datos sobre numerosos índices de vegetación, como el índice de área foliar, el contenido de clorofila en la hoja y el contenido de agua en la hoja, todos ellos esenciales para supervisar de manera precisa el crecimiento de las plantas.

Esta información contribuirá a tomar decisiones informadas sobre cuestiones que van desde la cantidad de agua o fertilizante que se requiere para conseguir una mayor cosecha hasta la elaboración de estrategias para abordar el cambio climático. Además de los obvios beneficios económicos de disponer de estos datos, también es importante su impacto en los países en desarrollo en los que la seguridad de los alimentos es problemática.

Sentinel-2 también cartografía las condiciones y los cambios de la superficie terrestre y supervisa los bosques de todo el mundo. La misión ofrece información sobre la contaminación de lagos y aguas costeras, y las imágenes de inundaciones, erupciones volcánicas y corrimientos de tierras contribuyen a crear mapas de catástrofes facilitando las tareas de ayuda humanitaria.

El instrumento óptico usa 13 canales espectrales, desde el rango visible hasta el infrarrojo, que le permiten proporcionar imágenes multiespectrales de alta resolución de la superficie terrestre con una resolución de hasta 10 metros y una anchura de barrido de 290 kilómetros. Esta anchura excepcionalmente grande no solo permite una cobertura de toda la Tierra de manera relativamente rápida, sino que también ofrece un nivel de detalle sin precedentes.

Post source : Airbus Defense and Space

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