Compartimos esta columna de opinión realizada por Jaime Dacaret, Gerente General de DHL Express Chile
Con el paso del tiempo, las empresas logísticas han trasladado infinidad de paquetes, algunos simples y otros más desafiantes en cuanto a cuidados de entrega y manipulación. Pero nada ha sido tan complejo y urgente en las últimas décadas como la distribución de las vacunas del Covid-19, que exige condiciones y preparativos más rigurosos que cualquier otro tipo de mercancía.
Y es que las vacunas son artículos de alto valor, muy sensibles y de temperatura controlada. Requiere de un enfoque altamente coordinado, respaldado por personal capacitado e infraestructura certificada. Esto incluye un conocimiento íntimo de los detalles como el embalaje, la ruta aérea y terrestre, los plazos, los requisitos específicos de manipulación, entre otros.
Si bien los procesos requeridos no eran ajenos en la cadena logística actual, y en DHL hemos transportado vacunas y otros productos farmacéuticos por más de 20 años, nos enfrentábamos a protocolos sin precedentes – y una urgencia y demanda mundial – que revolucionaron la industria en poco tiempo.
Las vacunas de COVID-19 han superado con rapidez histórica las fases de desarrollo, de 5-20 años a meses, imponiendo estrictos requisitos de temperatura (hasta -80 °C) para ciertas vacunas, garantizando así su eficacia durante el transporte y almacenamiento. Esto planteaba desafíos logísticos para la cadena de suministro médico existente que hasta hace poco tiempo distribuía vacunas en el rango de +2 ~ 8 ° C, como la gripe y la insulina, por ejemplo.
Hemos establecido un proceso muy específico y detallado que ha sido diseñado específicamente alrededor de los requerimientos de cada vacuna, según su farmacéutica productora. Todas las áreas de embalaje y preparación de envíos se configuran dentro de un entorno protegido, utilizando materiales innovadores de embalaje de cadena de frío. En esta estrategia es esencial que tomemos en cuenta la duración del vuelo para así asegurarnos que los requerimientos de temperatura se cumplan. Para ello, contamos con un sistema de monitoreo de temperatura y rastreo constante para garantizar que se cumplan los requisitos y proteger la calidad del producto.
Para el caso de aquellas vacunas que requieren temperaturas frías extremas, transportarlas refrigeradas en hielo seco es muy desafiante, porque necesita una infraestructura dedicada y un equipo de expertos especialmente capacitados para este tipo de material. Además, las emisiones de dióxido de carbono generadas por el hielo seco llevan a que se limite la cantidad autorizada en un avión.
Sin embargo, el mayor desafío al que nos enfrentamos en la logística comienza con la escala del problema. Este es el problema logístico más importante al que se ha enfrentado el mundo. Distribuir más de 10 mil millones de dosis en todo el mundo, una cantidad sin precedentes, es una proeza que puede lograrse solo con tecnología, planificación, alianzas, creatividad e inversión.
Además, existe el desafío de la última milla, que debe garantizar la integridad de la vacuna cuando se entrega y se almacena en los puntos de distribución final. Es por esto, que se generaron cajas transportadoras de las vacunas que tienen la capacidad de conservar sus características de temperatura por un periodo de hasta 10 días en el vehículo.
Tras estos acontecimientos se concluye que la infraestructura de las compañías de logística debe ser flexible para eventos como el que estamos viviendo, cuando la urgencia de la distribución de la vacuna no solo es inmediata, sino también global. La industria logística debe tener la infraestructura y la red global para acoplarse a las necesidades de la situación.
Actualmente, la industria está trabajando arduamente para llevar la vacuna a todos los rincones del mundo porque la atención médica en su máxima expresión solo funciona cuando la logística también funciona.
Para proporcionar una cobertura mundial durante los próximos dos años, se estima que se necesitarán hasta 200.000 cargadores de paletas y 15 millones de cajas refrigerantes, así como 15.000 vuelos en las distintas configuraciones de la cadena de suministro.
Nuestra misión como sector es conectar a las personas y mejorar sus vidas, y esta tarea nos permite hacer precisamente esto. Salvar vidas es una gran responsabilidad y entiende los retos de las empresas en el sector de las Ciencias de la Salud. Por esto, se ha trabajado en soluciones especializadas para que las organizaciones farmacéuticas, de dispositivos médicos, ensayos clínicos y de investigación, mayoristas y distribuidores, así como hospitales y proveedores de atención médica estén conectados a través de la cadena de valor y la digitalización.
Sin duda, hoy se ha logrado trasladar las vacunas con éxito, y detrás de este gran logro está la cooperación, diálogos continuos y la asociación entre diferentes entidades: fabricantes de la vacuna, ONG, gobiernos y participantes del sector público y privado, quienes tras su labor están ayudando a miles de millones de personas.
Si hay algo seguro es que esta no es la última pandemia que enfrentaremos, y es allí donde surge la pregunta ¿cuándo ocurrirá? Para garantizar un suministro médico seguro en la futura crisis de salud, los gobiernos deben establecer una configuración integral de gestión de crisis de salud pública con asociaciones de los sectores público y privado.