Sin duda alguna un tema muy importante para Chile en momentos en que existen enormes incendios forestales en nuestro país y se han sucedido un sinnúmero de fórmulas y propuestas respecto de las aeronaves utilizadas para el combate de incendios forestales. Y es que en los últimos años han habido incendios de proporciones y daños enormes a casas, flora y fauna, baste recordar el de Valparaíso el 2014, situación que este año se repitió.
Los medios aéreos propios de CONAF
La Corporación Nacional Forestal (CONAF), a contar del año 2007, comenzó a operar aeronaves propias y nuevas como la incorporación de tres PZL M-18 Dromader matriculados CC-PZJ, CC-PZM y CC-PZT con capacidad para transportar 2.000 lts de agua, los cuales fueron adquiridos por el Ministerio de Agricultura. Estos aviones fueron complementados en 2010 por el polémico helicóptero PZL Swidnik SW3 Sokol matrícula CC-ACJ, que tiene la capacidad de operar con un «helibalde» de 2.000 lts, además de poder llevar una unidad de Heliataque de 10 personas.
A estas aeronaves se les comenzaron a sumar a contar de febrero del 2016, tres aviones Air Tractor AT-802F con capacidad para 3.100 litros de agua o retardante, el primero de los cuales se presentó el 9 de febrero del año pasado matriculado CC-APH. En el curso del 2016 se sumaron los otros dos aviones restantes matriculados CC-API y el último CC-ARY arribado en diciembre del 2016.
Con todo este material la CONAF suma seis aviones hidrantes y un helicóptero propios.
Las experiencias con aviones pesados en Chile
En el pasado reciente se han probado varios modelos y aeronaves para el combate contra incendios, a fines de los años 90 operó en Chile uno de los famosos Canadair CL-215 (matrícula C-GOFP) que arrendó la empresa ASPAR (Aeroservicio Parragué). Este avión operó en la temporada 1998-1999, durante más de dos meses cubriendo una zona desde la VII hasta la X Regiones.
Otro avión es el recordado P-2V7 Neptune matriculado en Chile como CC-CHU que fuera adquirido por Heliworks en el año 2000, e incluso realizó demostraciones en FIDAE 2002. La aeronave voló unos tres años para Forestal Mininco. Luego hubo problemas más bien de certificación los que liquidaron el uso de la aeronave por lo excesivo de los costos de dichas certificaciones tanto para la aeronave como para la tripulación. Cabe destacar que esta aeronave se utilizó al servicio de una empresa privada.
En el verano del año 2014 por medio de «Enlace de Ayuda Humanitaria» se gestionó la venida a Chile de un C-130 de la Fuerza Aérea Brasileña con el kit MAFFS (Modular Airborne FireFighting System) que le confiere una capacidad de 13.000 litros. En esa oportunidad llegaron dos aviones, uno solo con el MAFFS instalado para combate contra incendios y otro para todo el respaldo logístico requerido. El avión fue probado en un incendio en el sector de Conguillío y al no poder sobrevolar a menos de 100 metros la gran capacidad de agua llegó a tierra en forma de una leve llovizna, por lo que los resultados no fueron los esperados.
Consideraciones
Sin duda alguna que al ver semejantes incendios forestales se desearía poder tener aviones pesados para poder hacer frente a estas situaciones más ese anhelo muchas veces deja de lado un sinnúmero de aspectos que van mucho más allá de solo el avión.
A lo anterior hay que agregar que tanto la aeronave como sus pilotos deben tener la debida certificación, lo que conlleva otro costo más. El costo operativo de los aviones cisterna pesados (es decir que cargan más de 6.000 lts) es muy alto para que lo adquiera la CONAF, dado los limitados recursos que posee.
Uno de los factores más importantes que pocas veces se hace mención es que los aviones y helicópteros no se utilizan para la extinción de los incendios, sino cooperan de manera coordinada controlan, encauzan, pero no extinguen el incendio eso lo hacen las brigadas terrestres.
Otro aspecto importante es que los pilotos de este tipo de aeronaves deben tener una habilitación denominada «Habilitación Combate de incendios forestales«, que implica cumplir una serie de requisitos estipulados en el DAN 01 de la DGAC. Además deben atenerse a reglamentos y normas aplicables a los trabajos de combate de incendios forestales DAR-06 «Operaciones de Aeronaves» Volumen IV «Trabajos Aéreos».
Finalmente otro tema no menor es implementar mayor vigilancia aérea con el fin de tener una reacción temprana a cualquier siniestro de modo de poder atacarlo de la manera más rápida y eficiente posible. Según hemos indagado es un tema que está relativamente resuelto en las empresas forestales, las cuales utilizan una red de vigilancia en tierra y que coordina los vuelos de alerta y estos a su vez coordinan la utilización de una brigada terrestre o un trabajo conjunto brigada y aeronaves contra incendios.
Ofrecimientos extranjeros
Mucho se ha hablado en las últimas horas de los ofrecimientos realizados por Global SuperTanker Services, empresa que opera un gran Boeing 747 con capacidad para 72.680 litros de agua o retardante. Ciertamente un avión con una enorme capacidad, pero que requiere de un aeropuerto con una pista de al menos 2.450 mts además de la infraestructura acorde para suministro de agua y combustible.
También se ha informado de un ofrecimiento del Ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia, donde se ofrece un avión Ilyushin Il-76 el cual posee un sistema que se instala en su interior y que le permite cargar 40 toneladas de agua. El sistema utilizado sería muy similar al MAFFS que usó el C-130 de Brasil el 2014.
Sin duda ambos aviones poseen una capacidad increíble de carga en comparación con los aviones actualmente utilizados. Ahora bien uno de los principales problemas en su operación en Chile es el tipo de aeropuerto que requiere ese tipo de aviones además de que dicho aeropuerto deberá implementar la infraestructura logística para su operación óptima.
